El cielo Maya le pertenece a Chaak, el dios benigno de la lluvia, el trueno, el relámpago y el agua en general. Su hacha tiene el poder de romper grandes nubes para producir lluvias y grandes tormentas.
Siendo el agua el símbolo de la vida en el planeta dentro de la simbología Maya, a Chaak se le relaciona con la canalización de nuestras energías creadoras.
Se le representa también como un dios cuádruple, manifestándose como los 4 puntos cardinales.