

Cabezas clavas Chavín
Fueron varias decenas de centinelas las que dieron protección y resguardo al sacro templo de Chavín de Huántar. En cada centinela convergen los espíritus del jaguar y la serpiente junto a las almas de los principales chamanes y sacerdotes, unificándose con el único objetivo de expulsar cualquier intromisión al templo. Estos espíritus se materializaron en formas petrificadas de cabezas antropomorfas empotradas en las murallas del templo alrededor de su perímetro, causando terror a los intrusos. La custodia se ha dado por siglos. Hoy, un sólo centinela ha resistido el embate del tiempo.